LA ESCUELA PRIMARIA ART. 123 “MARIA ENRIQUETA”
Por el Prof. Juan C. Olmedo Mejía
La primera escuela primaria que hubo en poza rica, nació en el año de 1933. Tenía solamente una aula donde había más de 35 alumnos entre varones y mujeres, y estaba atendida por la profesora Esperanza Morales Mérida, pionera de la educación en este lugar. Ubicada en lo que ahora es la llamada Colonia Obrera, la escuela era de carácter particular y sostenida por la Compañía de Petrolero “El Águila”.
Esta escuela adquirió la categoría de Primaria art. 123 en el año de 1934, y la Secretaria de Educación Pública la tomo bajo su responsabilidad incorporándola al Sistema Federa. Y a partir del 21 de marzo de este mismo año, quedo bajo la dependencia de la Dirección de Educación Federal en el Estado de Veracruz.
A pesar de que se trabajaba en dos turnos, la escuela comenzó a presentar insuficiencia de cupo; y la Empresa se vio obligada a construir cuatro aulas mas que fueron inauguradas el 30 de abril de 1936.
Este problema de insuficiencia de cupo, siguió manifestándose debido al constate aumento de la población escolar, por eso en el año de 1937 se construyeron otras cuatro salas, dos para aulas, una para la oficina de la dirección, y la otra para una bodega. Además se doto a la escuela de unos juegos infantiles, y en el año de 1938 la Secretaria de Educación Publica le otorgo la categoría de Escuela Primaria Urbana.
La administración, ahora ya, de Petróleos Mexicanos, durante el gobierno del Gral. Lázaro Cárdenas, siguió atendiendo las necesidades de la escuela, construyéndole más aulas, dotándola de mobiliario acondicionándole una cancha deportiva para basquetbol y volibol, y apoyando el aumento de personal docente.
Para el año de 1940 había más de 600 alumnos y una planta de 10 maestros.
Ante el inevitable crecimiento de la escuela y los problemas que ello ocasionaba, hubo la preocupación por encontrar una solución definitiva. Fue así como en el mes de marzo de 1941 se solicito el respaldo del Comité Ejecutivo de la Sección 30 de trabajadores petroleros, para conseguir que la empresa de Pemex construyera una amplia escuela Art. 123. Para justificar esta demanda, se entrego un proyecto para la construcción del dicho plantel educativo; se entrego también un censo escolar legalizado por las autoridades del lugar y del Gobernador del Estado; también un plano de la escuela con capacidad para más de mil alumnos, y fotografías de alumnos estudiando en los corredores. La escuela debía contar con todos los anexos necesarios que requería una escuela moderna, completa y funcional.
Dos años después, el 17 de marzo de 1943, cuando el Gral. Ávila Camacho, presidente de la republica, visito esta ciudad, fue la Profesora Esperanza Morales la que personalmente volvió a pedir la construcción de la escuela Art. 123. Por esos mismos días de aniversario de la Expropiación, los dirigente sindicales también solicitaron al Señor Presidente, la construcción de unos edificios públicos como OBRAS SOCIALES: el Mercado, el Hospital, el Edificio Social de la Sección 30, la Cooperativa de Consumo, un Cine-Teatro; y aunque los lideres no consideraron la necesidad de tener una escuela apropiada, el Sr. Presidente recordó la petición de la maestra y la agrego al conjunto de las Obras Sociales.
El nombre de “MARIA ENRIQUETA” le fue impuesto oficialmente en el año de 1946.
Cuando llega el año de 1947, el flamante y monumental edificio de la escuela con sus 38 amplios salones, y con todos los anexos para todos los servicios, esta con las puertas abiertas para recibir acerca de dos mil alumnos con un personal de 31 maestros, y trabajar en sus dos turnos, matutino y vespertino. La inauguración fue el 18 de marzo de 1947; fue un acto relevante y de mucha transcendencia para Poza Rica. Allí estaban los que dieron: el Senador y Director de Petróleos Mexicanos. Sr. Antonio J. Bermúdez., y el benefactor de la educación en Poza Rica, Ing. Jaime J. Merino, Superintendente de Pemex, ambos satisfechos y muy orgullosos. Allí estaban también los que recibieron: maestros, alumnos, padres de familia, autoridades escolares, y representantes del Sindicato de Petroleros; todos muy complacidos.
También estaba allí, quien desde Palma Sola trajo la semilla buena de la educación y la sembró en tierra fértil. Broto la planta, y día con día, año con año, con esfuerzo y tenacidad, con sacrificio y valentía, y con inmenso cariño la cuido como si fuera una madre. En esa ocasión la vi como era, erguida y serena, con una expresión de singular felicidad; sabía yo que su corazón reventaba de gozo, y que su alma se elevaba para deshacer en lluvia de gratitud para quienes le dieron una casa grande para sus niños, para su escuela Art. 123. Fue un hermoso regalo para su escuela que cumplía 14 años de edad. Fundadora y única fue la maestra ESPERANZA MORALES.
Y esta escuela de mampostería que fue inaugurada hace 50 años está cumpliendo con su destino, y lo seguirá haciendo por los tiempos venideros. La semilla fue buena y generosa, y los frutos han sido de excelencia.